lunes, 11 de julio de 2011

CENA PAN Y VINO

Por Leonor Asilis

“Si tú dejas a un barrio diez años sin sacerdotes, las personas se convertirían en bestias”. (Santo Cura de Ars).

Definitivamente, esta observación que hiciera este gran santo hace muchos años atrás, tiene aún vigencia en estos tiempos de tanta violencia.

Esta es una razón más por la cual debemos fomentar y apoyar las vocaciones sacerdotales quienes disponen su vida entera para llevar a los hombres la paz de Jesucristo.

La principal razón que debería movernos a apoyar esta causa es que gracias a los sacerdotes podemos bautizarnos, confesarnos, comulgar a Cristo vivo en la Eucaristía, casarnos con la gracia de Dios, recibir los santos oleos y otros sacramentos.

El Seminario Mayor Santo Tomas de Aquino de la Arquidiócesis de Santo Domingo celebra anualmente La Cena Pan y Vino con dos objetivos fundamentales:

El primero, dar a conocer el Seminario, institución que forma a los futuros sacerdotes, hombres escogidos por Dios para servir a su pueblo.

El segundo objetivo consiste en aportar al Seminario fondos para su sostenimiento.

La Cena consiste en ofrecer a los invitados Pan y Vino, como símbolo de lo que en un futuro se podrá convertir en Cuerpo y Sangre de Cristo por los futuros sacerdotes.
La actividad se desarrollara en un clima de hermandad, paz y alegría, donde se tendrá espacios para la reflexión y acompañado de amenizacion musical por varios artistas.

Esta actividad se realizara , en la sede del Seminario ubicado en la avenida Sarasota, esq. Núñez de Cáceres, Mirador Norte. La contribución es de por personas y se pueden conseguir en el seminario, en Casa San Pablo y varias parroquias de la capital. Para mayor información, 809-532-6330 o escribir a la siguiente direccion: seminario_santo_tomas@hotmail.com.

Agradezcamos a Dios quien nos envía trabajadores y nos ha exhortado a través de su Hjio que roguemos por esta intención: “rueguen... que envíe trabajadores para la cosecha...” (Lc 10,2.)
Gratitud pero también compromiso, ya que todo don de Dios nos compromete a una creciente generosidad en nuestra respuesta.
Compromiso de que recemos por los seminaristas y sacerdotes para que puedan ser cada día más fieles a la vocación que han recibido y apoyemos su misión con oraciones pero también con nuestro aporte económico.
Algunas ideas que debemos tenerlas claras:
De nuestra generosidad depende la formación de un sacerdote. De un sacerdote depende la salvación de muchas personas.
-         “No podemos consentir de que por falta de recursos económicos, se pierda ni una vocación al sacerdocio” (Juan Pablo II).
-         “No cerremos nuestro corazón, lo que hemos recibido de la bondad de Dios, démoslo por nuestra parte con alegría” (Juan Pablo II, carta apostólica centenario OSPA, 1989).
 
Asistamos a esta Cena Pan y Vino donde daremos, pero también recibiremos!

FIESTA DE LA ANUNCIACION


Por Leonor Asilis

San Agustín escribió: "Él escogió a la Madre que había creado; él creó a la madre que había escogido" (Sermón 69, 3, 4).

El 25 de marzo la Iglesia celebra el día en que el Ángel anuncio a Maria que había sida escogida para ser la Madre de Dios.

Que privilegio y no menor misterio!
La promesa divina se le había presentado a la Virgen como algo completamente inesperado, interrumpiendo el curso corriente de sus días, cambiando totalmente el sentido de su vida y el de la humanidad al tener que dar respuesta sobre lo que seria la salvación y redención del genero humano.
A semejanza de Abraham, también a María, la promesa le parecía imposible. La esposa de Abraham, Sara, era estéril y María no se había casado todavía: "¿Cómo será esto", ella pregunta, "si no conozco varón?"
El Ángel Gabriel habla de su prima Isabel: "Conoce esto también: tu prima Isabel, a su edad avanzada, ha concebido un hijo". (Lc 1:36).
María es invitada a creer en una maternidad virginal, de la que el Antiguo Testamento no recuerda ningún precedente, pero Ella supo confiar en Dios cuando dijo con gran valor: “Hágase en mí según tu palabra" (Lc 1:38). Con estas palabras, María se muestra como la auténtica hija de Abraham, y se convierte en la Madre de Cristo y la Madre de todos los creyentes.
En la realización del designio divino se da la libre colaboración de la persona humana. María, creyendo en la palabra del Señor, coopera en el cumplimiento de la maternidad anunciada.
        Los Padres de la Iglesia subrayan a menudo este aspecto de la concepción virginal de Jesús. Sobre todo san Agustín, comentando el evangelio de la Anunciación, afirma: «El ángel anuncia, la Virgen escucha, cree y concibe» (Sermo 13 in Nat. Dom.). En otro momento agrega: "La Virgen concibió primero en su corazón por su fe, y luego en su vientre".
Cuanto debemos imitar a la Madre! su fe, su confianza, su entrega y disponibilidad total a Dios. Ella se hizo instrumento de su gracia, la llena de gracia, que aun hoy pone a disposición de todos los que la invocan, como hizo al arrancar de Jesús su primer milagro en las Bodas de Cana con aquellas sabias palabras que sirven de constante exhortación para nuestras vidas: “Hagan lo que El les diga”.
Pero volvamos al acontecimiento, objeto de nuestra atención: la Anunciación.
Según comenta Cristina Kaufmann,Carmelita Descalza:”la
 Anunciación es el acontecimiento central en la vida de María, en su camino de fe. A él se refiere todo ulterior paso; todo avance tiene en él su raíz; todo movimiento de su alma enamorada surge de allí, hasta su glorificación final en la asunción. Dios quiere "necesitar" de la fe de María para obrar su designio de salvación universal en su Hijo Jesús. María acoge esta voluntad divina con una fe radiante y dinámica que se desarrollará a lo largo de su vida, en su movimiento de creciente identificación con su Hijo. Ella entra de lleno en la comunicación de Dios, que incluye la esfera del conocimiento, de la voluntad y de lo más íntimo de su afecto. Se adhiere no sólo a lo que Dios dispone, sino a Dios mismo, de tal manera que queda encarnado en Ella el Verbo de Dios”.

Y es que según el plan divino, la fe de María debió preceder a la primera manifestación del poder mesiánico de Jesús, tal como precedió a su venida a la tierra. Encarna ya la actitud que Jesús alabará en los verdaderos creyentes de todos los tiempos: «Dichosos los que no han visto y han creído» (Jn 20, 29).

El discernimiento para el bien (Sobre el Codigo da Vinci)

Leonor Asilis

El cristiano ha de discernir para el bien, pero veamos primero quien es cristiano?

Cristiano es aquel que sigue a Cristo, hijo único del Dios vivo que es uno con el Espíritu Santo y que cuando vino al mundo pasó haciendo el bien hasta salvarnos de la condenación eterna.

Y nosotros, a quien seguimos?

Recordamos esto porque estamos viviendo momentos de gran confusión. Hoy vemos como la gran mayoría de la gente corre atrás de lo que esta de moda, lo que esta in, en nuestras latitudes generalmente lo que viene del norte, sin importar las repercusiones de sus acciones; me estoy refiriendo precisamente a lo concerniente a nuestra fe: el Código Da Vinci de Dan Brown.

La pagina www.conocereisdeverdad.org describe este fenómeno literario como un best seller mentiroso, que repite una antigua fórmula novelística: las viejas historias conspirativas que en el siglo XIX protagonizaban los jesuitas (ahora sustituidos por el Opus), hoy rellenadas con feminismo, new age, neopaganismo, juegos, misterios, pistas y persecuciones, en fin, una gran ensalada de mentiras."
Nos advierte que El Código Da Vinci es una novela de ficción anti-católica que está resultando ser un éxito de ventas en todo el mundo, y el mensaje que transmite la novela es básicamente el siguiente:
 
1.Jesús no es Dios: ningún cristiano pensaba que Jesús es Dios hasta que el emperador Constantino lo deificó en el concilio de Nicea del 325.
2.Jesús tuvo como compañera sexual a María Magdalena; sus hijos, portadores de su sangre, son el Santo Grial (sangre de rey = sang real = Santo Grial), fundadores de la dinastía Merovingia en Francia (y antepasados de la protagonista de la novela).
3.Jesús y María Magdalena representaban la dualidad masculina-femenina (como Marte y Atenea, Isis y Osiris); los primeros seguidores de Jesús adoraban "el sagrado femenino"; esta adoración a lo femenino está oculta en las catedrales construidas por los Templarios, en la secreta Orden del Priorato de Sión -a la que pertenecía Leonardo Da Vinci- y en mil códigos culturales secretos más.
4.La malvada Iglesia Católica inventada por Constantino en el 325 persiguió a los tolerantes y pacíficos adoradores de lo femenino, matando millones de brujas en la Edad Media y el Renacimiento, destruyendo todos los evangelios gnósticos que no les gustaban y dejando sólo los cuatro evangelios que les convenían bien retocados. En la novela el maquiavélico Opus Dei trata de impedir que los héroes saquen a la luz el secreto: que el Grial son los hijos de Jesús y la Magdalena y que el primer dios de los "cristianos" gnósticos era femenino.
 Basta ya, de que Dan Brown utilice sus fantasías y cuentecitos tan entretenidos e interesantes pero que ponen en peligro a tantos hombres y mujeres de todas las edades que por limitaciones de escrutinio pueden caer fácilmente en graves errores como el que esta pagina del internet nos advierte.
Recordemos que llevamos el tesoro de la fe en vasijas de barro, y muchos martillos de plomo buscan romperlo.
Confieso públicamente que no he leído el libro ni he visto la película del Codigo Da Vinci, y que por supuesto no pienso ni leerlo ni verlo.
Así espero solidarizarme con los que estamos ofendidos por esta blasfemia contra Jesús y su Iglesia, pidiéndole a El que perdone y toque los corazones de aquellos que producen, promueven y consumen este tipo de obras a cambio de unas cuantas monedas al estilo de Judas.

Una devocion eficaz: El Rosario

Leonor Asilis



“Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración”... Padre Pio de Pietrelcina


Así como Jesús es omnipotente por naturaleza, así lo es María por gracia; por lo cual, alcanza cuanto pide. Es imposible -escribe San Antonino- que la augusta Madre de Dios pida algo a su Hijo, en favor de sus devotos, y no sean atendidos sus ruegos.
Sor Lucia (una de las tres videntes en Fátima) nos habla del Rosario que tanto nos recomienda la Madre:
“Creo que, después de la oración litúrgica del Santo Sacrificio de la Misa, la oración del Santo Rosario, por el origen y sublimidad de las oraciones que lo componen y por los misterios de nuestra redención que recordamos y meditamos en cada decena, es la oración más agradable a Dios que podemos ofrecer y de mayor provecho para nuestras almas. Si así no fuese, Nuestra Señora no la habría recomendado con tanta insistencia”.

Dicen que las palabras mueven, pero que el ejemplo arrastra.
Comparto una bella anécdota que me sucedió unos años atrás. Fue en la Parroquia Santo Tomas de Aquino, poco antes que iniciara la misa. Se trata del queridísimo Padre Vicente Rubio (quien partió hace poco a la casa del Padre).
Alguien le convocaba, a quien con una sonrisa respondió suave pero con firmeza: déme unos minutos que tengo algo muy importante que hacer.
Yo observaba. Que escena! El Padre, calladamente se sentó en un banco de la esquina de la iglesia, saco de su bolsillo su rosario y empezó a hacerlo.
Nunca lo olvidare. Confieso que le tenía una gran admiración, por su gran calidad humana e inmensos dones espirituales que vivía repartiendo a quien lo necesitara.
El no sabía que yo observaba, pero su testimonio me convenció. Adiviné el secreto de su espiritualidad e inicié de inmediato su imitación.
Y es que el Rosario no es sólo un compuesto de padrenuestros y avemarías, sino un divino compendio de los misterios de la vida, pasión, muerte y gloria de Jesús y de María.
A continuación, un detalle de los misterios del Santo Rosario:
MISTERIOS GOZOSOS (lunes y sábado)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo.
5. La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.
 
MISTERIOS DOLOROSOS (martes y viernes)
1. La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.
 
MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo)
1. La Resurrección del Señor.
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
 
MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)
1. El Bautismo en el Jordán.
2. La autorrevelación en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.


Veamos su origen: Fue inspirado a la Iglesia en 1214 por la Santísima Virgen, que lo dio a Santo Domingo para convertir a los herejes albigenses y a los pecadores.
Otro gran devoto de este rezo lo fue San Francisco. Según sus crónicas revelan que un joven religioso tenía la buena costumbre de rezar todos los días antes de la comida la corona de la Santísima Virgen. Un día, no se sabe por qué, faltó a ella, y estando servida la cena rogó a su superior que le permitiese rezarla antes de ir a la mesa. Con este permiso se retiró a su habitación; pero como tardaba mucho, el superior envió un religioso a llamarle.
Éste le encontró iluminado con celestes resplandores y a la Santísima Virgen con dos ángeles cerca de él. Cada vez que decía un avemaría, una rosa salía de su boca, y los ángeles cogían las rosas una tras otra y las colocaban sobre la cabeza de la Santísima Virgen, que les testimoniaba su consentimiento. Otros dos religiosos, enviados para saber la causa del retraso de sus compañeros, vieron este misterio, y no desapareció la Santísima Virgen hasta que terminó el rezo de la corona.

Transcribimos a continuación las quince promesas de la Virgen a quienes recen el Rosario:
1. Aquellos que recen con enorme fé el Rosario recibirán gracias especiales.
2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las herejías.
4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su dedeo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.


8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
9. Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mi al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.
14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.
15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
Como hemos visto, No nos contentemos, en aconsejarlo a los demás: es necesario que lo practiquemos!

La Paternidad de Dios












Por Leonor Asilis

“Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Comenzó a decirle el hijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo.

Pero el padre dijo a sus criados: Pronto, sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo, y vamos a celebrarlo con un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo”. (Lc 15,20-24).

Ante un Dios rico en misericordia, no podemos callarnos, y le diremos con San Pablo, Padre, ¡Padre mío!, porque, el Dios Todopoderoso, prefiere que le llamemos Padre, esa bella palabra con que nos apodero Jesús al mostrarnos a Dios, tal cual es: Nuestro Padre, como bien nos enseñó también, en el Padre Nuestro.

Hoy celebramos el Día de los Padres, ocasión propicia para felicitar a nuestros padres y a nosotros por la bendición de haber recibido tanto de ellos (en el de mis hermanos y quien les escribe, gozamos de la bendición de Dios al tener a nuestro padre que es un ser excepcional al que le expreso la inmensa gratitud de todo lo que ha sido, es y será para nuestras vidas). Asimismo y de forma especial, meditaremos sobre la paternidad de Dios (aspecto fundamental de nuestra vida espiritual) valiéndonos de este bellísimo pasaje bíblico sobre el Hijo Prodigo.

Entre las caracteristicas que adornan a un buen padre se encuentran el gran amor profesado hacia sus hijos, con el deseo y voluntad de querer lo mejor para ellos. Nuestro Padre Dios no es la excepción. Es el mejor ejemplo de estas cualidades.

Volvamos a la Parábola reflexionando en el punto donde el más joven de sus hijos le dice que le de la parte de la hacienda que le pertenecia. Escuchemos a Pablo Christiaanse : » Participando de las riquezas de la casa paterna, donde nada le falta, el hijo siente el orden que allí reina, como un yugo demasiado pesado, y el desea una completa independencia; el cree mejor el dirigirse por su propia voluntad, sin freno, que por la de su padre, y la posesión del dinero que le pertenece por su calidad de hijo, le parece el camino de la libertad ».
El estaba inconforme asi como muchas que vemos en la actualidad que murmuran contra Dios. Todos estos que no tienen la paz del corazón, atribuyan su falta a Dios.



San Agustin tiene unas palabras sobre la soberbia y la humildad que encajan perfectamente en este contexto. Veamos : « El principio de todo pecado es la soberbia; y el principio de la soberbia del hombre es separarse de Dios. Es para curar la causa de todas las enfermedades, que es la soberbia, por lo que bajó y se hizo humilde el Hijo de Dios. Tal vez te ruboriza imitar a un hombre humilde.Imita al menos al humilde Dios.
Decia Jesús:”No he venido a hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. Esta es la mejor recomendación de la humildad.

La soberbia hace su voluntad, la humildad hace la voluntad de Dios”.


El Hijo Prodigo no comprendía el amor de su padre. El hijo consideraba todo de la casa paterna, pobre y vacío para su corazón. Desdichado aquel que piensa que estar libre, para gozar de todas sus codicias, y de todas sus pasiones, es la verdadera libertad . Sin embargo, el Padre le repartió su bien. Suponemos que este hecho le produjo un gran dolor ya que veia la ingratitud del hijo al preferir su corazón el pais lejano más que los cuidados del amor paternal, pero el amor no permite ninguna violencia; y el padre le concede lo que le pedia. 
Ante las grandes calamidades y penurias que sufre el hijo menor luego de haber derrochado su fortuna en quien sabe que formas, se atreve, posiblemente con grandes temores pero con la convicción que era la mejor alternativa de acción para su supervivencia se dirige hacia el Padre.
Veamos la reacción del Padre bueno.
El padre de la parábola, le extiende sus brazos, aunque no lo merezca y lo colma de sus bienes.
Asi es Dios Padre con nosotros. No importa nuestra deuda. Solo hace falta que abramos el corazón, que tengamos deseos de volver al hogar con nuestro Padre, y el resto lo hará El.

Aprovechemos este gran día de los Padres, para consagrar nuestro corazón a El.

UN CORAZON AGRADECIDO (Fiesta Transfiguracion)

Leonor Asilis

Siempre es oportuno reflexionar sobre una de las cualidades más lindas del ser humano: el Agradecimiento. Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Transfiguración del Señor, y a modo de paralelismo, entendemos que ver la acción de Dios en nuestras vidas es una forma de verlo transfigurado en nosotros y ante tal acontecimiento, debemos postrarnos ante El con amor y agradecimiento.

Tenemos en el evangelio un ejemplo muy grafico. Se trata sobre aquel hecho en la vida de Jesús cuando diez leprosos le pidieron a nuestro Señor que les tuviese misericordia y les curara de su enfermedad.

Tomemos en cuenta que la lepra no sólo era una enfermedad que acarrea un gran dolor físico sino también social ya que debido

al mal olor que hace desprender del cuerpo y el posible contagio hacía que la gente le huyera a quien la

padeciese.

Nos debe llamar a la introspección recordar la pregunta que le hizo Jesús

al único que una vez curado se devolvió a darle las gracias: Y dónde están los otros nueve?

Decimos esto porque a pesar de que posiblemente no sea la enfermedad de la lepra lo que Jesús nos ha sanado, existe en nuestras vidas múltiples bendiciones que posiblemente no le hayamos agradecido.


Ante la reflexión sobre este hecho pienso que el agradecimiento no sólo es un deber de caridad sino ante

todo de justicia a quien nos hace algún bien.

Como hemos visto, Jesús es el primero en valorar este gesto de nuestra parte y no hay quien no tenga que

agradecerle a El muchas gracias especiales.

El primer don gratuito que observo es la vida, y por supuesto la fe; esa fe que debemos cuidar y alimentar

pidiéndole al Señor como hicieron los apostóles: Aumentanos la fe.

Qué maravilla si tuviésemos esa fe que mueve montañas. En fin, continúo diciendo que cada uno de nosotros

podría citar múltiples dones particulares que de sólo pensarlos y por supuesto valorarlos tendríamos una

sonrisa abierta permanentemente y alabaríamos constantemente las bondades de nuestro Dios.

Dice San Pablo en su segunda carta a los tesalonicenses que el alma sería ingrata para con Dios si se

atribuyera lo que le proviene de El.

Precisamente en esta actitud tan soberbia y malsana caemos muchas veces al considerarnos los

responsables absolutos de nuestros logros y triunfos haciéndonos ciegos, sordos, y mudos ante la mano

poderosa, detallista e intercesora de nuestro Dios en nuestras vidas.

en cuál actitud nos colocaríamos, una semejante a la de los nueve ingratos o por el contrario, la del corazón

agradecido.

Crezcamos en esta actitud de agradecimiento, primero con Dios y luego con nuestro prójimo

y veremos la gloria de Dios.

EL TREN DE LA ESPERANZA (Fiesta Nuestra Sra. Lourdes)

Por






Por Leonor Asilis

El 11 de febrero la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. Veamos brevemente la historia de su aparición.
Sucedió el 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a orilla del río Gave. La Virgen se manifestó de manera directa y cercana su profundo amor hacia nosotros, apareciéndose ante una niña de 14 años, llamada Bernadette (Bernardita) Soubirous.

Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858 hubo 18 apariciones. En la tercera aparición, la niña habló con la Señora donde la Madre le pidió que volviera a verla en los próximos 15 días.
Ante la repetida petición de la niña de que ésta revelara su nombre, la Señora dijo "Yo soy la Inmaculada Concepción)”, sin la niña entender su significado, confirmando así el dogma proclamado por la Iglesia el 8 de diciembre de 1854.
En sucesivas apariciones, el mensaje fue mas claro: Invitación a la penitencia y a la oración por los pecadores (21 de febrero); invitación a vivir una pobreza más evangélica; Solicitud de que le fuera erigida allí una iglesia (2 de marzo); El 25 de febrero, Bernadette excavó en la roca y descubrió la fuente de agua que hasta el día de hoy es meta de peregrinaciones por parte de tantos fieles y que ha sido testigo de varios milagros.
El Sumo Pontífice declaró fiesta de Nuestra Señora de Lourdes el día de su primera aparición, el 11 de febrero. Los últimos cinco Papas han publicado hermosos documentos en favor de estas apariciones.

Todos los días llegan a Lourdes trenes, aviones y autobuses de peregrinos de todos los países del mundo. Miles y miles de enfermos son llevados allí. El tren que los lleva se llama "el tren de la esperanza", y el tren de regreso se llama "el tren de la alegría", porque muchos enfermos son curados de sus enfermedades, y los que no, reciben del cielo gran alegría y un increíble valor para soportar sus enfermedades pues encuentran el sentido profundo de sus sufrimientos.
La Iglesia también celebra este día la clausura de la XV Jornada mundial del enfermo.

Extraemos un fragmento de las palabras para esta ocasión dadas por Su Santidad Benedicto XVI:

“La Iglesia, siguiendo el ejemplo del buen samaritano, ha mostrado siempre una solicitud particular por los enfermos. A través de cada uno de sus miembros y de sus instituciones, sigue estando al lado de los que sufren y de los moribundos, tratando de preservar su dignidad en esos momentos tan significativos de la existencia humana. Muchas de esas personas -profesionales de la asistencia sanitaria, agentes pastorales y voluntarios- e instituciones en todo el mundo sirven incansablemente a los enfermos, en hospitales y en unidades de cuidados paliativos, en las calles de las ciudades, en proyectos de asistencia a domicilio y en parroquias.

Ahora me dirijo a vosotros, queridos hermanos y hermanas que sufrís enfermedades incurables y terminales. Os animo a contemplar los sufrimientos de Cristo crucificado, y, en unión con él, a dirigiros al Padre con plena confianza en que toda vida, y la vuestra en particular, está en sus manos. Confiad en que vuestros sufrimientos, unidos a los de Cristo, resultarán fecundos para las necesidades de la Iglesia y del mundo.

Pido al Señor que fortalezca vuestra fe en su amor, especialmente durante estas pruebas que estáis afrontando. Espero que, dondequiera que estéis, encontréis siempre el aliento y la fuerza espiritual necesarios para alimentar vuestra fe y acercaros más al Padre de la vida. A través de sus sacerdotes y de sus agentes pastorales, la Iglesia desea asistiros y estar a vuestro lado, ayudándoos en la hora de la necesidad, haciendo presente así la misericordia amorosa de Cristo hacia los que sufren”.

Hermanos, visitemos a los pacientes en clínicas y hospitales, llevándoles una palabra de aliento y de esperanza, conscientes de que en ellos encontraremos el rostro dolorido de Cristo y su promesa de ser “acogidos en su reino.porque estuve enfermo y me visitasteis”.